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Las pequeñas y medianas empresas (PYMEs) representan alrededor del 95% de las empresas a nivel mundial y son responsables del 60-70% del empleo en economías desarrolladas, según la Organización Mundial del Comercio (OMC).
No obstante, muchas de estas compañías enfrentan desafíos como dificultades para acceder a financiación, altos costes del cumplimiento normativo y barreras comerciales a la exportación.
En este contexto, la acreditación y el uso de servicios acreditados por ENAC, la Entidad Nacional de Acreditación española se presentan como una solución eficaz que permite a estas empresas diferenciarse en el mercado, generar confianza en términos de calidad, eficiencia y seguridad y facilitar su acceso a nuevos mercados, promoviendo, por tanto, condiciones de competitividad más equitativas frente a las grandes corporaciones.
Con motivo del próximo Día Mundial de la Acreditación, que se celebra el 9 de junio bajo el lema La Acreditación, un motor para el desarrollo de las PYMEs, las organizaciones internacionales de acreditadores, International Laboratory Accreditation Cooperation (ILAC) e International Accreditation Forum (IAF) buscan visibilizar cómo la acreditación y los servicios acreditados se han convertido en una herramienta al servicio de un gran número de pequeñas y medianas empresas permitiendo su crecimiento, innovación y acceso a nuevos mercados.
Así, ambas organizaciones han desarrollado un documento que recoge datos de grandes organizaciones como el British Standards Institution (BSI), que, en uno de sus últimos estudios, destaca que el 35% de las empresas experimentan mejoras en su productividad tras implementar normas técnicas, y que, gracias a la certificación acreditada en sectores como el alimentario, se ha reducido la retirada de productos en el mercado en un 40%.
Además, la acreditación facilita la inclusión en cadenas de suministro globales, impulsa la creación de empleo y reduce barreras al comercio internacional. Por ejemplo, según el Instituto de Investigación Económica de Nueva Zelanda, la acreditación facilitó más del 56% de las exportaciones del país, equivalente a unos 27.600 millones de dólares.
Uno de los ejemplos más destacados por ILAC e IAF en el documento sobre la acreditación al servicio de la pequeña y mediana empresa, es una iniciativa puesta en marcha por el Ministerio de Industria y Turismo del Gobierno de España para fomentar la I+D+i entre las PYMES, haciendo uso de la acreditación como herramienta de evaluación y control para la concesión de beneficios fiscales. Para ello, publicó una orden que regula la obtención del sello de “PYME Innovadora”, que permite a las pequeñas y medianas empresas (PYMEs) obtener beneficios fiscales por su dedicación a la investigación, desarrollo e innovación (I+D+i).
La iniciativa se considera una ventaja significativa para las PYMES, ya que la bonificación puede representar un ahorro directo en los gastos empresariales y facilitar la contratación de personal investigador.
Para obtener el sello, una de las vías para las empresas es presentar a la autoridad competente un certificado emitido por una entidad de certificación acreditada por ENAC. Así, la acreditación se convierte en una herramienta clave para aportar confianza en la competencia técnica de las entidades de certificación y, en consecuencia, en el proceso de concesión de las ventajas fiscales, beneficiando, en última instancia, a los usuarios de esta medida: las PYME.
Junto a la comentada ventaja que supone para PYMEs en el proceso de concesión de ventajas fiscales, la contratación de servicios acreditados les aporta múltiples beneficios, que pueden llegar a ser determinantes para su pleno desarrollo y diferenciación en el mercado actual.
Por un lado, aporta ventajas en términos de ahorro y eficiencia, ya que los servicios de evaluación acreditados reducen la posibilidad de que el mismo producto se vea sometido a evaluaciones redundantes; y, por otro, una mayor seguridad en la toma de decisiones, puesto que, al hacerlo en base a resultados fiables, reduce los niveles de riesgo de producir o proveer un producto defectuoso, aumentando, al mismo tiempo, la seguridad jurídica de la empresa de actuar con la diligencia debida.
Asimismo, el uso de servicios acreditados se prima cada vez más en los pliegos de contratación pública de todo el mundo y es una herramienta de ayuda a la exportación y reconocimiento en los mercados internacionales, ya que, como indicábamos, la acreditación de ENAC es aceptada y reconocida en más de 120 países.
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