Empresas Premium
Worcester Polytechnic Institute (WPI) forma parte del nuevo centro ReCell, una iniciativa pionera del departamento de Energía de EE. UU. (DOE) que busca transformar el reciclaje de baterías de ion-litio.
Este centro nacional, con sede en el Laboratorio Nacional de Argonne (Illinois), tiene como objetivo desarrollar tecnologías avanzadas de reciclaje y promover un ecosistema sostenible para los materiales críticos que alimentan la revolución energética.
Con una financiación inicial de 15 millones de dólares durante tres años, ReCell reúne a instituciones clave como WPI, la Universidad de California en San Diego, el Laboratorio Nacional de Energías Renovables (NREL), Oak Ridge National Laboratory y Michigan Technological University. También participan empresas del sector privado: fabricantes de baterías, centros de reciclaje, proveedores de materiales y compañías automotrices.
Este ecosistema colaborativo permite acelerar el desarrollo de soluciones reales, desde nuevos procesos de recuperación de materiales hasta diseños de baterías pensados para ser reciclables desde su origen. Un enfoque de ciclo cerrado que no solo reduce residuos, sino que también protege los recursos naturales y disminuye las emisiones ligadas a la extracción y transporte de minerales.
Hoy en día, menos del 5 % de las baterías de ion-litio se recicla, en contraste con el casi 99 % de las de plomo-ácido. Esta brecha es crítica, especialmente considerando que el crecimiento del mercado de vehículos eléctricos y dispositivos electrónicos está disparando la demanda global de litio, cobalto y níquel. Muchos de estos materiales provienen de zonas con alta conflictividad social o impactos ambientales severos.
ReCell busca invertir esta tendencia mediante el desarrollo de procesos que permitan recuperar materiales valiosos como el cobalto o el grafito sin necesidad de reprocesamientos costosos. Estas soluciones también reducirán la presión sobre países proveedores y fortalecerán la seguridad de suministro para industrias clave en Estados Unidos y otros países.
WPI aporta a ReCell no solo su experiencia en ingeniería, sino también una tecnología patentada desarrollada por el profesor Yan Wang, que permite reciclar baterías de ion-litio con alta eficiencia. Su método permite recuperar directamente materiales del cátodo —el componente más valioso de la batería— sin importar su composición química.
Esta tecnología ya se está probando a escala piloto en Worcester, en una planta gestionada por Battery Resourcers, empresa cofundada por Wang. La planta tiene como objetivo demostrar que este proceso es escalable a nivel comercial, lo cual supondría un paso decisivo hacia un modelo de producción más sostenible.
Uno de los principales retos del reciclaje de baterías es entender cómo las impurezas afectan a la calidad de los nuevos materiales producidos. Con un contrato de 150.000 dólares del centro ReCell, el equipo de Wang está analizando cómo esas impurezas presentes en las baterías usadas modifican la estructura y rendimiento de los cátodos reciclados.
Este trabajo es especialmente relevante porque la industria automotriz está migrando hacia cátodos con alto contenido en níquel, que ofrecen mayor densidad energética. Sin embargo, estos materiales también son más sensibles a las impurezas, lo que puede acortar su vida útil o reducir su seguridad.
Estas líneas convergen en una estrategia que no solo busca soluciones técnicas, sino también una transformación estructural del modelo productivo. El centro de pruebas de Argonne servirá como plataforma para escalar los avances más prometedores, acercándolos al mercado y al uso real.
|