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AIMPLAS, Instituto Tecnológico del Plástico, ha desarrollado una guía de referencia para la elaboración de estudios de ecodiseño y sostenibilidad en envases y juguetes de plástico.
Esta herramienta ofrece recomendaciones, principios y buenas prácticas que permiten a las empresas tomar decisiones más sostenibles, identificar oportunidades de mejora en sus productos, reducir su impacto ambiental a lo largo del ciclo de vida, optimizar el uso de recursos y fomentar modelos más circulares e innovadores.
“Nuestro objetivo ha sido crear una guía práctica, clara y adaptable a distintos tipos de productos plásticos. No se trata solo de cumplir con la normativa, sino de ir más allá y facilitar la transición hacia modelos verdaderamente sostenibles”, explica Sonia Albein, investigadora líder en Economía Circular y Medio Ambiente en AIMPLAS.
Esta iniciativa se enmarca en el proyecto OASIS, financiado por el Instituto Valenciano de Competitividad e Innovación (IVACE+i) y los fondos FEDER, en el que han colaborado las empresas ITC Packaging y Famosa, con el objetivo de realizar un estudio ambiental completo de un envase y dos juguetes, siguiendo los principios de esta guía.
Uno de los pilares fundamentales de esta guía es la selección responsable de materiales. Se prioriza el uso de materiales seguros, reciclables, renovables y de origen local, evitando sustancias peligrosas como ftalatos, PVC o retardantes de llama derivados del petróleo. Además, se fomenta el uso de materiales monocomponente para facilitar el reciclaje y se promueve la incorporación de contenido reciclado, tanto postconsumo como preconsumo.
La reducción de materiales también ocupa un lugar destacado. Se propone minimizar el peso y volumen de los productos, eliminar componentes no funcionales y optimizar el diseño estructural para reducir el consumo de recursos sin comprometer la funcionalidad ni la seguridad.
El diseño para el desmontaje y reciclaje es otro aspecto clave. La guía recomienda el uso de uniones no permanentes, ensamblajes modulares y etiquetado claro de materiales, lo que facilita la reparación, actualización y reutilización de componentes. También se promueve la compatibilidad de materiales para mejorar la eficiencia en los procesos de reciclaje.
En cuanto a los procesos de fabricación, se apuesta por la reducción del consumo energético e hídrico, la minimización de residuos y la implementación de estrategias de simbiosis industrial. Se valora especialmente el uso de fuentes de energía renovables y la optimización del transporte mediante productos apilables o plegables que reduzcan el volumen logístico.
La reutilización y la segunda vida del producto son fundamentales para prolongar su uso y evitar el consumo innecesario de nuevos recursos. Se incentiva el diseño modular y el reemplazo de piezas, así como la posibilidad de integrar componentes en otros productos o procesos.
La guía también contempla el uso eficiente del producto, incluyendo instrucciones claras para el usuario que promuevan prácticas sostenibles y responsables. Aunque su impacto es indirecto, la educación del consumidor es clave para maximizar la durabilidad y eficiencia del producto.
Finalmente, se aborda el fin de vida controlado, proponiendo estrategias de reciclabilidad basadas en estándares públicos, la devolución o recogida del producto, y la compostabilidad certificada cuando sea aplicable. Todo ello con el objetivo de evitar que los productos terminen en vertederos o incinerados.
“La guía incluye una plantilla detallada con los apartados que deben formar parte de un informe de ecodiseño, lo que facilita su aplicación práctica. Aunque ha sido concebida principalmente para envases y juguetes, sus principios pueden adaptarse fácilmente a otros sectores. Además, sirve de base para recopilar información clave en el futuro pasaporte digital de productos plásticos”, ha explicado Sonia Albein.
Además de analizar los puntos positivos y negativos del producto, se propone la elaboración de una tabla de desviaciones y acciones correctoras, que permite visualizar de forma clara las oportunidades de mejora y priorizar aquellas que generen un mayor beneficio en términos de sostenibilidad.
“La guía no solo identifica los puntos críticos, sino que propone soluciones concretas y herramientas de mejora. Esto permite a las empresas tomar decisiones basadas en datos y priorizar las acciones con mayor impacto positivo. Esta guía representa un paso firme hacia la integración del ecodiseño como herramienta estratégica en el desarrollo de productos plásticos, apoyando a las empresas en su transición hacia modelos más sostenibles, innovadores y alineados con los retos ambientales, legislativos y sociales”, añade la investigadora.
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