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Connected Enterprise, o “empresa conectada”, es el nombre que se ha dado a la nueva revolución industrial, basada en el intercambio de información entre todo tipo de dispositivos y sistemas, tanto de fábrica como del resto de la cadena de suministro.
El incremento exponencial de las capacidades de los equipos de planta (desde la instrumentación hasta los sistemas de control), junto con la mejora del resto de tecnologías de fábrica, y en especial las importantes mejoras en sus capacidades de comunicación, hace posible una nueva forma de replantear los procesos productivos.
Connected Enterprise: la nueva revolución industrial
La sociedad está evolucionando de forma muy rápida, con un aumento acelerado de la población mundial que sale de la pobreza y está empezando a formar parte de la clase media. Según la consultora McKinsey, para el año 2020 se estima que la clase media habrá aumentado en 1.000 millones de personas.
Esta importante variación está teniendo un impacto inmediato en la demanda de bienes y servicios. Las mismas fuentes calculan que el incremento de gasto para el consumo será de unos 8 billones de dólares. Por lo tanto, exigirá una fuerte presión tanto a nivel de procesos de fabricación, recursos o infraestructuras. Se calcula que la repercusión del crecimiento de consumo -sólo en mercados emergentes- implicará un aumento del 30% en aguas, el 50% en energía, el 80% en acero y el 100% en vehículos.
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