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Un estudio internacional publicado en la revista Journal of Environmental Chemical Engineering, comenta una alta variabilidad espacial en las tasas de biodegradación de compuestos químicos encontradas en las aguas de los ríos europeos.
Estos resultados desvelan una alta variabilidad espacial en las llamadas ´tasas de biodegradación´, lo que supone toda un problema a la hora de realizar la evaluación de la persistencia de sustancias bajo la normativa REACH de la Unión Europea, lo que podría implicar la necesidad de realizar pruebas en múltiples ubicaciones para obtener resultados representativos.
La biodegradación es el proceso mediante el cual los microorganismos descomponen compuestos químicos en el medio ambiente, siendo clave para evaluar el impacto ambiental de una sustancia y su reversibilidad. Bajo el marco REACH, los fabricantes e importadores de productos químicos en Europa están obligados a registrar y probar la biodegradabilidad de las sustancias por encima de ciertos volúmenes de comercialización. Sin embargo, este parámetro representa una de las mayores fuentes de incertidumbre en la evaluación de la exposición química.
El estudio analizó 97 compuestos en 18 tramos fluviales de cinco países europeos (España, Grecia, Alemania, Suecia y Suiza) utilizando una versión modificada del ensayo OECD 309, que mide la biodegradación en aguas naturales a bajas concentraciones. Se incluyeron compuestos de diversas clases, como agroquímicos, productos farmacéuticos, cosméticos, aditivos alimentarios y sustancias industriales.
Los resultados mostraron que 95 de los 97 compuestos se biodegradaron en al menos un río, mientras que dos sustancias (el tensioactivo C12 Isetionato y el medicamento hidroclorotiazida) no mostraron biodegradación significativa en ninguno de los tramos analizados.
El análisis reveló una amplia dispersión de las tasas de biodegradación, con una mediana de desviación estándar logarítmica de 0,46, lo que implica que el 95 % de los datos se encuentra dentro de un factor ocho respecto a la media. Esta variabilidad estuvo relacionada tanto con factores locales como regionales, como el contenido de carbono orgánico total, la longitud geográfica y la presencia de arcillas.
No obstante, no se identificó una correlación directa y universalentre las propiedades ambientales y las tasas de degradación, lo que sugiere la necesidad de investigaciones futuras que integren datos microbiológicos con resultados de biodegradación.
El estudio también exploró posibles patrones de comportamiento agrupando los compuestos según su velocidad de degradación. Se observó que las sustancias que se biodegradan rápidamente (como bezafibrato o valsartán) presentan menos variabilidad espacial, por lo que podrían evaluarse en un único emplazamiento. Por el contrario, aquellas que se degradan lentamente requieren ensayos repetidos en múltiples entornos para obtener una valoración más precisa de su persistencia.
Aunque los investigadores reconocen que esta variabilidad puede ser aceptable en ciertos modelos de exposición química, advierten que supone un reto importante cuando se comparan los resultados con umbrales normativos, por lo que se recomienda adoptar un enfoque más robusto, incluyendo pruebas en distintos tipos de masas de agua, como humedales, estuarios, lagos y ambientes marinos.
Los autores proponen dos estrategias principales para mejorar la evaluación:
Utilizar indicadores ambientales indirectos, como el contenido de carbono orgánico total, que podría actuar como sustituto de la biomasa microbiana activa y ayudar a predecir la variabilidad espacial.
Aplicar un enfoque diferenciado: los compuestos de biodegradación rápida podrían analizarse en un solo sitio, mientras que los más persistentes exigirían verificación en diferentes localizaciones.
Con estos hallazgos, el estudio pone de relieve la necesidad de refinar los métodos actuales de evaluación de la persistencia química, proponiendo un enfoque más adaptativo y basado en evidencia científica, alineado con los objetivos ambientales de la UE y la protección efectiva de los ecosistemas acuáticos.
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