Empresas Premium
La situación en la que se encuentra el sector químico en Europa, conocido como la industria de las industrias, no está siendo fácil, dados los procesos relacionados con el 96% de los bienes producidos en la UE.
Sin embargo y, pese a su importancia, el sector químico se ve afectado por importantes presiones, como los altos costes energéticos o las elevadas necesidades de inversión para alcanzar los estándares verdes del bloque comunitario. En ese contexto, el cierre de fábricas se ha convertido en un evento habitual para un segmento empresarial que ha perdido el 50% de su facturación en los últimos dos años.
Aposta por una regulación más benigna en Bruselas se ha convertido en una tarea esencial para un sector clave en la economía europea que, pese al repliegue reciente, es el cuarto más grande del bloque y congrega a más de 29.000 empresas y 1,2 millones de trabajadores. Para estas compañías, Cefic es el principal bastión de defensa de sus intereses en la capital comunitaria.
La asociación está liderada por dos figuras clave: Marco Mensink, su director general desde marzo de 2016, y la persona que define la dirección estratégica de la asociación y representa a la industria química en los debates políticos de alto nivel de la Unión Europea. A él se le suma Ilham Kadri, consejero delegado de la compañía belga de materiales Syensqo y presidente de Cefic desde mayo de 2024. Asimismo, también está al frente del Consejo Internacional de la Industria Química (ICCA) desde enero de 2025. Kadri representa a Cefic y al ICCA en iniciativas públicas, como el Tratado Mundial sobre los Plásticos que se celebra este mes en Ginebra.
Ubicado en el número 40 de Rue Belliard, en pleno corazón del distrito europeo de Bruselas, el lobby químico cuenta con nada menos que 170 profesionales, lo que convierte a Cefic en la asociación empresarial de mayor tamaño. A escasos minutos tanto de la Comisión Europea como del Parlamento Europeo, Cefic justifica su mayor estructura respecto a otros grandes lobbies de la ciudad belga por las necesidades de un sector muy heterogéneo y complejo.
"En Cefic, contamos con departamentos temáticos que se encargan de las áreas políticas que afectan a la industria en su conjunto, ya sea política química, estrategia industrial, energía y clima, o salud y seguridad. Paralelamente, representamos a tres grandes grupos industriales: Halógenos, Petroquímica Europa y Productos Químicos Especializados. En conjunto, estos grupos abarcan alrededor de 70 segmentos sectoriales para sustancias específicas, que engloban desde adhesivos y recubrimientos hasta biocidas y materiales avanzados", explican desde la asociación, que considera que su organización le permite abarcar de forma paneuropea todo el espectro de intereses de la industria, incluyendo cuestiones muy específicas.
Entre sus miembros se encuentran gigantes como Bayer, Unilever, Dow Chemical o BASF. Cefic también incluye representantes de origen español como Repsol o Moeve, la antigua Cepsa.
Por todo ello, la industria química europea se encuentra en un punto de inflexión crítico. El sector afronta una creciente presión derivada de los altos costes energéticos, la complejidad regulatoria y la intensificación de la competencia global. Según advierten desde Cefic, "la ralentización de la producción, el estancamiento de las inversiones y la pérdida de competitividad amenazan con socavar el liderazgo de Europa en neutralidad climática, circularidad y autonomía estratégica".
Y, precisamente, el nuevo escenario geopolítico, en el que Europa aboga por volver a construir su fortaleza y autonomía ante la desconfianza de socios históricos como Estados Unidos y la amenaza de China, puede convertirse en un rayo de esperanza para el desarrollo de la industria química europea.
Fuente: Expansión
|