Empresas Premium
El proyecto Green Volt, presentado al Gobierno escocés, muestra dos opciones alternativas para el desarrollo del encargo de turbinas, una empresa china (Mingyang) y Siemens Gamesa.
Estas son las dos opciones alternativas que se manejan desde Escocia, siendo meridianamente optimistas desde Gamesa.
El parque eólico marino flotante Green Volt, desarrollado por la escocesa Flotation Energy, en manos del grupo Tokyo Electric Power Company (Tepco), y la noruega Vargronn, perteneciente a Plenitude (ENI) y HitecVision, prevé el desarrollo de 560 megavatios (MW) de capacidad renovable frente a la costa este de Escocia, y pretende convertirse en el primer parque eólico marino flotante a escala comercial de Europa.
Según acreditan medios locales especializados que han tenido acceso a la documentación, el proyecto Green Volt, contempla la instalación de entre 30 y 35 turbinas, en función de cuál de las dos opciones alternativas se escoja finalmente. La primera opción implica la instalación de 30 turbinas con una capacidad de 18,5 MW. La segunda, en cambio, contempla la instalación de hasta 35 aerogeneradores con una capacidad de 14 MW cada uno, con opción de aumentar la potencia hasta los 15 MW.
Mingyang produce una turbina eólica marina de 18,5 MW, la MySE 18.X-20MW, que puede implementarse tanto en proyectos eólicos fijos como flotantes.
Por su parte, la multinacional hispano-alemana cuenta en su catálogo con el modelo de turbina Siemens Gamesa SG 14-236, que tiene una capacidad nominal de 14 MW e incluye una opción de ´power boost´ de hasta 15 MW.
De decantarse por Gamesa, el contrato podría suponer una inyección de más de 700 millones de euros, si se extrapola a otros contratos de entidad similar.
Precisamente, esta semana Gamesa fue seleccionada por Synera Renewable Energy Group (SRE), un desarrollador pionero de energía eólica marina en la región Asia-Pacífico, para equipar con 35 aerogeneradores de 14 megavatios (MW) el parque eólico marino Formosa 4, de 495 MW de capacidad total, que se desarrollará frente a la costa oeste de Taiwán. Y aunque ambas partes declinaron ofrecer la cifra exacta del acuerdo, el valor aproximado del contrato podría superar los 700 millones de euros.
|