Tomando como base las recomendaciones que las organizaciones EPRI (Electric Power Research Institute) y IAPWS (International Association for the Properties of Water and Steam) realizan para los ciclos de agua-vapor de alta presión, la compañía Adiquimia presenta su tecnología Adicontrol, que permiten conseguir una protección anticorrosiva efectiva de las superficies metálicas de todo el ciclo agua-vapor de alta presión.
Este trabajo propone una expresión matemática novedosa para calcular el CPVC de las pinturas base agua (LCPVC: Concentración Crítica de Pigmento en Volumen para recubrimientos tipo látex, esto es, recubrimientos que emplean una resina en dispersión acuosa), relacionando las variables de la formulación: tamaño de la resina y tamaño del sistema pigmentario.
El mundo se enfrenta actualmente a una transición de una economía basada en combustibles fósiles a una economía en base biológica (bioeconomía). En este contexto, los residuos agrícolas representan una fuente abundante de biomasa, generalmente de bajo coste, que se pueden revalorizar para la producción de bioenergía y bioproductos.
La inclusión como cancerígenos de hollín, alquitrán y brea que contengan benzo[a]pireno hace necesario dotar a los trabajadores de protocolos de higiene frente a estos agentes que supongan una protección efectiva y un adecuado cumplimiento normativo. En este trabajo se presenta un modelo para garantizar la protección durante la jornada laboral.
En nuestro día a día, cuando desarrollamos un análisis de riesgos de explosión en entornos ATEX para nuestros clientes, nos encontramos de manera muy frecuente con un defecto de seguridad importante: la ausencia de conexión a tierra de las bandejas metálicas portacables.
De todos es sabido que las fugas de aire comprimido son una enorme fuente de derroche de energía (y dinero), pero ¿sabe cuánto cuestan realmente esas fugas? Tras realizar unas 60 auditorías de fugas en distintas instalaciones industriales utilizando una cámara ultrasónica, llegamos a la conclusión de que, de media, una fuga de aire cuesta unos 1.200 euros al año. Si pensamos que cualquier planta industrial tiene docenas de fugas, o incluso cientos, enseguida nos damos cuenta del potencial de ahorro disponible.