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Los altos precios de la energía y el alto nivel de competencia global generan una necesidad de reducir el despilfarro energético y optimizar los procesos. El vapor, además de ser uno de las consumibles más costosos en una planta, suele ser un factor esencial en la calidad del producto final en muchas industrias.
Uno de los principales motivos por los que se pierde eficiencia energética es la fuga del vapor, ya sea a través de malas conexiones como a través de válvulas y purgadores o trampas de vapor. Las mejoras en los sistemas de vapor pueden incluir el aislamiento de las líneas de vapor y de retorno de condensado, corregir fugas al exterior en tuberías y verificar la condición de los purgadores de vapor mediante inspecciones periódicas. Se estima que hasta un 20 % del vapor generado en la caldera se pierde a través de fugas y purgadores que operan mal, ya sea por que estén dañados, infradimensionados, no sean el purgador adecuado o, incluso, porque haya purgadores cercanos que estén fallando.
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