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En el presente artículo se explica cómo la creciente presión para cumplir los estrictos objetivos de emisiones hasta 2050, sin dejar de ser rentables, está cambiando por completo la mentalidad de las organizaciones sobre cómo deben implementar las tecnologías digitales y adaptar las prácticas de trabajo.
Siempre ha existido la necesidad de un propósito empresarial detrás de la digitalización en las industrias de procesos y fabricación, pero nunca tanto como hoy. Los principales motores de la transformación digital -como lograr una mejor gestión de la energía y las emisiones, mejorar la seguridad y aumentar la fiabilidad operativa- siguen siendo los mismos. Lo que está cambiando es que ahora se espera que las organizaciones logren estas mejoras empresariales y, al mismo tiempo, cumplan los exigentes objetivos de sostenibilidad medioambiental y descarbonización, no solo a corto plazo, sino también hasta 2050.
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