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En este nuevo artículo de ELGi se analiza la paradoja que existe en relación a la eficiencia de los sistemas de aire comprimido:, cuestionando por qué las presiones más altas y los equipos sobredimensionados suelen aumentar el consumo de energía y reducir el rendimiento real, además de descubrir cómo con una optimización inteligente del sistema se pueden conseguir una serie de resultados significativamente mejores.
Los sistemas de aire comprimido representan uno de los consumidores de energía más importantes en las
instalaciones industriales modernas y, a menudo, representan entre el 10 y el 15 % del consumo total de electricidad en los sectores de fabricación.
Sin embargo, dentro de estos sistemas se encuentra el enorme potencial de optimización, un potencial que va mucho más allá de la simple selección del compresor correcto o la actualización a un equipo de mayor capacidad.
El camino hacia la máxima eficiencia requiere comprender la intrincada relación entre los ajustes de presión, el diseño del sistema, la configuración del tanque receptor, las redes de distribución y los requisitos operativos reales.
En el panorama industrial actual, donde los costos de energía siguen aumentando y la sostenibilidad ambiental
se vuelve cada vez más crítica, la optimización de los sistemas de aire comprimido ha pasado de ser una consideración de mantenimiento a un imperativo empresarial estratégico.