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INEOS ha confirmado su intención de cerrar dos unidades de producción en Rheinberg (Alemania), con la pérdida de 175 puestos de trabajo. Los cierres propuestos son consecuencia directa de los agobiantes costes de la energía y el carbono, y de la falta de protección arancelaria.
La intención de cierre, que ha sido comunicada a los empleados, refleja el agravamiento de la crisis en el sector químico europeo.
Stephen Dossett, consejero delegado de INEOS Inovyn, ha declarado: "Europa está cometiendo un suicidio industrial. Mientras los competidores de EE.UU. y China se benefician de una energía barata, los productores europeos se ven perjudicados por nuestras propias políticas y la ausencia de protección arancelaria. Mientras tanto, las importaciones de altas emisiones inundan nuestro mercado sin control. Es completamente insostenible y, si no se aborda de inmediato, provocará más cierres, pérdidas de puestos de trabajo y una mayor dependencia de otras regiones para obtener materiales esenciales".
Ambas plantas producen sustancias químicas esenciales. La unidad de alílicos fabrica el ingrediente clave de las resinas epoxídicas, vitales para la defensa, la industria aeroespacial, la automoción y las infraestructuras de energías renovables. La planta de electroquímica produce cloro, esencial para el agua potable, los medicamentos, los procesos industriales y el saneamiento.
Estos cierres forman parte de una tendencia más amplia a medida que la competitividad de Europa se desploma. Desde 2019, la producción en Alemania ha caído un 18%, lo que ha provocado la pérdida de puestos de trabajo y la reducción de la inversión. INEOS ha cerrado plantas en Grangemouth (Reino Unido), Geel (Bélgica). Está cerrando Gladbeck (Alemania), y ha paralizado activos en Tavaux (Francia) y Martorell (España).
"Hemos llegado a un punto en el que se cierran plantas europeas eficientes en las que se ha invertido mucho, mientras aumentan las emisiones mundiales", afirma Dossett. "No es sólo una locura económica. Es hipocresía medioambiental".
INEOS se centrará ahora en preservar las operaciones de PVC que le quedan en Rheinberg para mantener unos 300 puestos de trabajo cualificados. Esto requiere un apoyo estatal urgente para ayudar a cubrir los importantes costes locales de transición.
La empresa lamenta profundamente la decisión de cerrar las salas de celdas y las operaciones de Allylics de Rheinberg y es consciente del impacto que tendrá en el personal y en la cadena de suministro alemana en general.
"INEOS Inovyn colaborará estrechamente con sus socios y empleados para minimizar el impacto", declaró Dossett. "Estamos haciendo todo lo posible para proteger lo que aún es viable, pero no podemos hacerlo solos. Si los gobiernos quieren mantener la fabricación estratégica en Europa, deben ayudar a gestionar esta transición y restablecer la competitividad."
INEOS criticó con firmeza la ausencia de protección arancelaria de la UE. Mientras EE.UU. ha introducido fuertes aranceles, bloqueando de hecho el exceso de oferta de productos químicos básicos procedentes de Corea, Taiwán y China, algunos basados en materias primas rusas baratas, Europa abre sus puertas a la producción local desplazada.
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