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En la tercera y última parte del presente artículo (primer parte en Nº 10 (marzo) y segunda en Nº 14 (julio-agosto), INDUSTRIA QUÍMICA, y debido a que el empleo de esta técnica está creando un cierto debate en amplias capas de la nuestra sociedad, se pasa revista a los tópicos que al respecto habitualmente se consideran como factores o consecuencias indeseables producidas por el uso de la fracturación hidráulica, describiendo los aspectos que el autor considera adecuados para centrar adecuadamente la posición y/u opinión del lector no especializado en relación con dicho debate.
El gas natural no convencional: la fracturación hidráulica o fracking (y III)
El gas natural se está configurando como una fuente energética de referencia para la Humanidad. En realidad, lo es ya desde hace décadas, especialmente para los países occidentales. A la finalización de la Segunda Guerra Mundial, los países occidentales (básicamente Europa y Estados Unidos) diseñaron la reconstrucción de sus ciudades y de sus industrias entretejidas con las redes de gasoductos. Cierto es que España se incorporó con un claro retraso a esta tendencia, pero actualmente la compartimos con el resto de nuestros aliados occidentales. El gas natural ha presentado siempre una serie de ventajas que lo ha hecho muy apreciable para nosotros. Estos aspectos pueden sintetizarse en que:
- Posee un mayor poder calorífico por unidad de peso que el resto de los combustibles fósiles.
- Es el menos contaminante de los combustibles fósiles.
- Es fácil de tratar y de transportar.
- Posee recursos extraíbles mayores que los del petróleo.
- La distribución geográfica de sus recursos es más extensa que la del petróleo.
Sin embargo, hasta la entrada en escena del gas no convencional, para los países occidentales siempre ha existido un inconveniente, que realmente es un problema, tanto económico como estratégico: los recursos los tenían otros países. Los tenían Estados como Rusia, Irán, Qatar, Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudita, Venezuela, Argelia, etc.; de los países occidentales, solamente Estados Unidos ha atesorado siempre unos recursos y reservas importantes de gas natural.
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