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La transición hacia una química más segura y sostenible requiere integrar criterios de seguridad y circularidad desde el diseño de productos y procesos. En este marco, el enfoque Safe and Sustainable by Design (SSbD) de la Comisión Europea se presenta como una guía clave para orientar el rediseño en el sector de pinturas y recubrimientos, caracterizado por su alta producción y complejidad química.
La industria de pinturas y recubrimientos atraviesa un momento decisivo, ya que debe garantizar que sus productos cumplan con parámetros técnicos imprescindibles como durabilidad, adherencia, resistencia química y mecánica, al tiempo que responden a demandas específicas como efectos antimicrobianos, fotocatalíticos o autolimpiantes.
Por otro lado, está llamada a reducir de forma progresiva la toxicidad de sus formulaciones, así como las
emisiones y residuos asociados a todo su ciclo de vida.
Esta tensión se hace evidente en la composición tradicional de muchas pinturas, donde aún se emplean compuestos orgánicos volátiles (COV), pigmentos metálicos con eventuales riesgos ecotoxicológicos y aditivos persistentes, bioacumulativos o potencialmente tóxicos, como las sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas (PFAS).