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Tras haber analizado de forma detallada las principales características y diferencias que existen entre los hidrocarburos convencionales y no convencionales (HNC), además de descubrir los distintos tipos de categorías como el Shale Oil y el Shale Gas (entre otros), en esta segunda parte se constata la importancia de estos compuestos orgánicos formados exclusivamente por átomos de carbono e hidrógeno, poniendo el foco en su historia (pasado y presente), los recursos evaluados globales y una mirada al futuro.
La revolución de los no convencionales (la ‘shale revolution’), que a principios del presente siglo ya se presumía, comenzó a desarrollarse e implementarse en Estados Unidos. Actualmente se ha globalizado, estando ya extendida por todo el mundo. Sus implicaciones y consecuencias van mucho más allá de los aspectos puramente energéticos.
Los HNC comenzaron transformando el mundo de los hidrocarburos, sus conceptos exploratorios
(para sorpresa, al principio, incluso de muchos geólogos, como el aquí firmante), lógicamente también sus mercados, para acabar cambiando los conceptos y premisas de la seguridad energética a escala global y, muy probablemente, de la evolución futura del progreso humano, que se beneficiará de la abundante disponibilidad de hidrocarburos de la que disfrutará la humanidad, apoyada y cimentada por la abundancia de HNC.
Hasta que la shale revolution se implementó a escala global (principios del presente siglo), en el mercado del petróleo todo era OPEP vs NO-OPEP; ahora, eso ha sido sustituido por un nuevo modelo, por una nueva realidad: los tres grandes productores (Estados Unidos, Rusia y Arabia Saudita) frente al resto.