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La Comisión Europea presentó ayer un plan para apoyar a la industria química europea que prevé exigir un mínimo de contenido fabricado localmente en las licitaciones públicas del sector, abaratar los costes de la energía y firmar acuerdos comerciales para reducir dependencias y aumentar la exportación.
Con este plan de acción, que sucede a los ya presentados para el acero y el automóvil, Bruselas busca mejorar la competitividad de un sector considerado estratégico para la Unión Europea (UE), pero que en los últimos dos años ha visto caer en un 50 % su facturación mundial, según cifras del Ejecutivo comunitario.
La industria química contribuye al 96 % de los bienes fabricados por la industria europea en sectores tan diversos como el textil, defensa, medicamentos, tecnología o agroalimentación, y genera 1,2 millones de empleos directos en la UE, pero atraviesa una situación "alarmante" derivada de varias causas, desde el alto precio de la energía hasta la competencia exterior, pasando por la falta de demanda.
"Nos jugamos la supervivencia misma del sector químico europeo", dijo el vicepresidente de Industria de la Comisión Europea, Stéphane Sejourné, en un encuentro con varios medios de comunicación.
El plan propuesto recoge una serie de medidas que, en su mayoría, deberán plasmarse en iniciativas legislativas concretas en torno a cuatro ejes de acción: impulsar la producción en Europa, abaratar la energía y acompañar a la industria en su descarbonización, apoyar la demanda y la preferencia por el "made in Europe"; y simplificar la regulación.
Bruselas destaca la necesidad de apoyar la producción de químicos esenciales como amoniaco, cloro y metanol, así como de modernizar los llamados craqueadores de vapor, que fragmentan hidrocarburos en otras moléculas y tienen un alto consumo energético y elevadas emisiones.
La Comisión propone identificar aquellos químicos cruciales y donde haya excesiva dependencia del extranjero (es el caso del metanol, que la UE importa en un 80%), así como las instalaciones de producción que sean esenciales en cada país con el fin de salvaguardar la fabricación en los Veintisiete e impulsar la inversión y modernización de esas áreas industriales.
Para ello prevé presentar en el último trimestre del año una Alianza de Químicos Críticos, inspirada en la Ley de Materias Primas Críticas que fijó objetivos de producción, procesado y reciclado en la UE.
Bruselas propone asimismo aplicar medidas de defensa comercial para luchar contra la competencia desleal, como la ejercida por China a base de subsidios masivos, en particular ampliando la vigilancia de las importaciones de químicos.
Y quiere favorecer la inclusión del sector químico en futuros acuerdos comerciales o cerrar acuerdos de cooperación específicos para la industria con el objetivo de garantizar el suministro de materias que escaseen en Europa y, al mismo tiempo, ampliar los mercados de exportación para las empresas comunitarias.
También con el fin de potenciar la demanda, Bruselas propone que en las licitaciones públicas del sector químico se introduzcan "criterios de contenido europeo", de modo que se privilegie la producción local, aunque la medida se concretará a finales de este año en la futura Ley de Aceleración de la Descarbonización Industrial.
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