Empresas Premium
El transporte de productos fríos es una tarea complicada, ya que conlleva una serie de desafíos únicos que pueden comprometer la calidad y seguridad de los productos si no se controlan adecuadamente.
Este tipo de transporte suele ser más costoso que el estándar, debido al uso de vehículos especializados, sistemas de refrigeración, y un mayor control y seguimiento de la mercancía, todo bajo las estricticas regulaciones y normativas vigentes, ante la necesidad de mantener la cadena de frío, especialmente en países como España.
Ante este escenario logístico cada vez más exigente y competitivo, los embalajes isotérmicos son una solución fundamental, al asegurar la calidad, seguridad y eficiencia a la hora de transportar productos sensibles a la temperatura, y más en fechas como las actuales, en las que su papel es más relevante. Desde medicamentos y vacunas hasta alimentos perecederos, mantener la cadena de frío no es una opción, sino una obligación, ya que el calor puede degradar o dañar este tipo de productos.
“La logística actual exige embalajes que no solo sean resistentes, sino también inteligentes en cuanto a conservación térmica se refiere. Un fallo en la temperatura puede traducirse en la pérdida de eficacia del producto, ya sea un medicamento o un alimento, e incluso en su retirada, lo que implica un perjuicio económico para las empresas”, explica Bernard de Paauw, director general de Embalajes RAJA® en España.
La compañía propone una serie de soluciones innovadoras, como el papel aislante térmico Recycold™, con materiales reciclados que garantizan la integridad de los productos refrigerados y congelados durante el desplazamiento. Además, es capaz de abordar los retos logísticos y medioambientales a los que se enfrentan las empresas transportistas de mercancía que requiere de frío para su mantenimiento.
Se trata de una opción sostenible, ya que elimina residuos y los costes derivados de eliminación. Al estar fabricado con un 85% de papel reciclado y ser 100% reciclable, reduce la cantidad de residuos generados durante el transporte y al final de su vida útil. “Esto no solo contribuye a la protección del medioambiente, sino que reduce los costes asociados con la eliminación de residuos, como las tasas de vertido o incineración”, apunta el directivo.
La inversión en soluciones isotérmicas no solo reduce el desperdicio de productos, sino que optimiza la eficiencia operativa, reduce los costes asociados a accidentes logísticos y mejora, además, la satisfacción del cliente final.
|