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El sector del petróleo y gas afronta una transformación estructural sin precedentes, impulsada por infraestructuras envejecidas, nuevas exigencias energéticas y una creciente complejidad operativa que lo obligan a ser más eficiente, conectado y resiliente.
Sin embargo, uno de los principales obstáculos en el camino hacia la modernización sigue siendo la falta de datos fiables. Es habitual encontrar diagramas P&ID que no se corresponden con las condiciones reales del terreno, listados de equipos desactualizados e información crítica dispersa en silos o enterrada en hojas de cálculo. En un sector donde la seguridad y la precisión son fundamentales, estas desconexiones no solo generan ineficiencias: representan un riesgo real para las operaciones.
Shared Reality, una herramienta de trabajo digital intuitivo diseñada por y para profesionales del sector, ofrece un nuevo enfoque. No se trata de “digitalizar por digitalizar”, sino de asegurar que lo que los equipos ven en los planos refleje lo que realmente ocurre en el terreno, y que esa alineación se mantenga día tras día.
Cualquiera que haya recorrido una planta lo sabe: lo que aparece en los sistemas no refleja la realidad física sobre el terreno. Incluso con escaneos 3D e iniciativas de gemelos digitales en marcha, los operadores a menudo siguen dependiendo de modelos CAD obsoletos, datos de activos desconectados y conocimiento tácito que sólo poseen personas clave.
Los cambios en el campo son frecuentes: redireccionamiento de tuberías, sustitución de equipos, arreglos no documentados… y a menos que alguien actualice el sistema manualmente, esa información se pierde para el resto del equipo. Con el tiempo, esto se traduce en sorpresas costosas durante paradas técnicas, retrasos en la ejecución de proyectos y una exposición innecesaria a riesgos de seguridad y medioambientales (HSE).
No se trata solo de tener más datos. Se necesita una forma de unificar y visualizar los datos existentes de manera que todos los equipos - mantenimiento, ingeniería, compras - puedan utilizarlos realmente.
Shared Reality es un espacio de trabajo visual asistido por IA que ayuda a conectar escaneos 3D de instalaciones reales con diagramas técnicos y metadatos de activos. No reemplaza los sistemas existentes: es el pegamento que los une.
Utilizando fotogrametría móvil o escáneres láser, Shared Reality puede digitalizar instalaciones completas en pocos días. Estos modelos de realidad 3D no son estáticos: son dinámicos, interactivos y están enriquecidos con metadatos procedentes de diagramas de flujo, registros de activos y sistemas documentales. Además, se pueden compartir a través de un portal seguro con técnicos de campo, contratistas externos y otros colaboradores.
Además, cuando cambian las condiciones del sitio, las actualizaciones pueden capturarse al instante con un smartphone o una tablet, o mediante anotaciones (“redlines”) sobre los diagramas. Esto permite que los equipos de campo participen directamente en mantener el entorno digital actualizado, sin necesidad de recurrir a modelos CAD.
Shared Reality incorpora un motor de IA llamado Copilot, que ayuda a vincular equipos y tuberías dentro del modelo 3D con sus entradas correspondientes en los diagramas P&ID o en los listados de equipos. Con la nueva funcionalidad Copilot, Shared Reality puede incluso conectar activos 3D con documentación 2D, acelerando la construcción de gemelos digitales. Pero todos los vínculos son verificados por personas, manteniendo el control en manos de los usuarios.
Este equilibrio entre la rapidez de la máquina y el criterio humano es especialmente importante en sectores de alto riesgo como el petróleo y gas. Shared Reality no sustituye el conocimiento del campo: lo potencia.
Operadores como Trapil, Elengy y Storengy ya han implantado Shared Reality en depósitos de almacenamiento, terminales de GNL e instalaciones de procesamiento de gas. Los beneficios son evidentes:
Este enfoque tiene un gran impacto en todos los clientes que desean obtener beneficios similares en la gestión y modernización de sus infraestructuras.
Shared Reality no exige a las compañías de petróleo y gas reinventar sus operaciones. Las acompaña allí donde ya están, con herramientas que pueden desplegar hoy mismo para aportar orden, claridad y agilidad en entornos complejos. La tecnología es práctica, escalable y se basa en la realidad operativa del sector.
Lo más importante es que ayuda a reconstruir la confianza entre el mundo digital y el físico. Y esa confianza es la base de unas operaciones más seguras y eficientes.
En los próximos años, a medida que la transición energética exija infraestructuras más inteligentes y una mejor toma de decisiones, las compañías que inviertan en una verdadera alineación de datos -no solo en digitalización - serán las que estén mejor posicionadas para liderar.
Y con soluciones como Shared Reality, ese futuro ya no está fuera de alcance.
En palabras de José Castellote, director regional de Samp España, “modernizar las instalaciones industriales comienza por reconectar la documentación con la realidad sobre el terreno. Shared Reality ofrece a los operadores la visibilidad que necesitan para reducir riesgos, mejorar la coordinación y tomar decisiones seguras e informadas cada día”.
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