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La gestión del impacto por olor en plantas de tratamiento de biorresiduos debe abordarse desde el diseño y mantenerse durante la operación. Este enfoque garantiza el cumplimiento ambiental y operativo, y favorece la aceptación social. Se presentan técnicas clave para evaluar el impacto odorífero, basadas en modelización matemática y monitorización, que permiten una gestión eficaz y preventiva.
Recientemente, la prevención y control de olores en instalaciones industriales ha despertado un gran interés en nuestro país, debido principalmente a la problemática que suscita este tipo de contaminación consistente en la liberación a la atmósfera de ciertos compuestos (orgánicos volátiles, compuestos nitrogenados, compuestos de azufre como sulfhídrico, mercaptanos, etc.) que aun en muy bajas concentraciones son capaces de provocar molestias olfativas.
La atmósfera juega un papel fundamental en este tipo de impactos olfativos, al ser el vehículo de transmisión de las especies generadoras de los malos olores y, por tanto, potencia o disminuye la incidencia de los mismos.
Como ocurre con cualquier otra especie química liberada a la atmósfera, la dispersión efectiva depende de los procesos atmosféricos que se desarrollan en los estratos superficiales.